Tengo un gato blanco, mejor dicho, él me tiene a mi.
Empecé esta relación comentándole que a mi la verdad
que nunca me gustaron los gatos, al menos no conscientemente.
Pero mi padre me recuerda seguido cómo amaba ir al
campo y revolcarme entre la gran cantidad de gatos que tenía para que se
comieran las lauchas, y la cantidad de infecciones cutáneas que me contagiaba por eso.
En mi casa siempre hubo perros, primero un perro
viejo, y un perro atado,
después mi perro hermano, y un perro malo. Pero nunca
gatos.
Sin embargo en la cuadra había una gata salvaje, a la
que logre amansar con abrazos brutos y sobras.
Mi papá recuerda en las reuniones familiares, que él
nunca había visto un gato acompañar a alguien hasta el quiosco, o dar la vuelta
a la manzana, como hacía esta misha conmigo.
Me la mató un vecino, al que le molestaba que su
camioneta tuviera patitas marcadas por las mañanas.
O la mató por envidia, para sentirse más grande, para
demostrar que no hay amor de niño que te salve de unas gotas de veneno para
ratas.
Muchos años después el gato blanco me mira desde la
silla de al lado, se va de joda y vuelve todo cascoteado, es parte de una
manada de 6 hermanos, podría decidir comer e irse como los demás, pero se queda
y me observa, se lame la entrepierna, y me observa. Este gato color luna debe tener lugares más
interesantes dónde ir, y sin embargo, se queda sentado y me observa.
Estamos muy equivocados pensando que tenemos a los
animales,ellos nos tienen a nosotros, nos tienen embelezados
con sus colores, su instinto, su honestidad y simpleza, queremos tenerlos
cerca, alimentarlos y acariciarlos, para ver si nos podemos pegar alguna de sus
destrezas. Hay gente que los enjaula, los tortura y los mata, por qué les da
envidia que caminen sobre el mundo, mostrándoles lo que nunca van a poder ser.
Ay, que me voy a morir de extrañarla a la mía, que la di en adopción. Qué seres hermosos que son los gatos <3
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