viernes, 3 de julio de 2015

Mudanzas/3

Yo podría describir el color de sus ojos

como una vista aérea de una selva,
los tonos se mezclan y se desparraman
y en la profundidad de la noche se descubren cenizas
y en el centro, una placa tectónica los desarma.

Llegando a las pupilas es dónde más me pierdo
(la trama dibuja un mapa antiguo, un camino que con el tiempo ha quedado cubierto)
reflejan un universo inmensamente imperfecto
donde a veces soy huésped, y a veces estoy de paso
en el negro de la noche, el pequeño brillo corta el aire en varios pedazos.

No es poesía barata
hablar de su mirada,
el los huecos de su cara, han nacido estos ojos tristes como dos linternas rotas
estos ojos firmes, como dos muros de cemento
estos ojos iluminados, por la luz del amor a contramano

Como un par de binoculares
que no pueden ver a lo lejos
son dos piedras preciosas, entre esmeralda y cuarzo,
hay que perderse en la ruta que dibujan esos surcos ancestrales
para llegar al abismo antes del hermoso paisaje.

Es necesario explicarles, el por qué de estos ojos
para entender por qué es que vivo en ellos

Yo encontré un riesgo
en esas perlas imposibles

y he andado, desde entonces,
amando las causalidades

Vivimos, él y yo, detrás de esas ventanas,
como paredes transparentes
abrazados al momento,
besamos los rincones de cada habitación
que fuimos levantando
uno al lado del otro

Nos encontramos, él y yo
en esas paredes frágiles

y aunque siempre se nos llueve la casa


Ahí estamos, calados, en el vidrio que esconde nuestras almas. 

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