domingo, 3 de febrero de 2013

El arquitecto de la muerte

Guevara nos subió a su auto y nos llevó hasta el sector H3
cuando llegamos, perdida entre el diverso paisaje, encontramos la tumba

¨Este trabajo lo hice yo, lindo trabajo¨ dijo orgulloso
mientras yo leía: el nombre completo, la fecha, calculaba con detenimiento...de ese lado había mucha gente víctima del ´94

Mientras Guevara seguía conversando sobre materiales, técnicas, tipos de terminaciones
ofrecía un precio especial,
aún así no nos sentíamos lo que se dice ¨privilegiados¨.

Después nos volvimos a subir al auto
yo me sentía propietaria de la pena, y a la vez un poco ajena
y de regreso a la administración nos mostró un andrajoso catálogo de diseños de placas a elección,

y de nuevo a firmar papeles
y de nuevo a la ciudad a seguir con lo habitual en estos casos.

Saliendo del cementerio, las tumbas, nichos y mausoleos se iban convirtiendo gradualmente en casas, quinchos, y empedrado
como si las casitas de los vivos fueran una continuación de las casitas de los muertos.


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