martes, 5 de octubre de 2010

Basquiat

Había una vez un príncipe, que fue condenado a vivir en una torre, muy alta, muy lejos de todo. El príncipe luchó incanzablemente para salir de esa torre hasta que un día, sin saber que más hacer, comenzó a golpear su cabeza, protegida por su corona, contra los barrotes de una diminuta ventana por la cual apenas se divisaban unos pocos rayos de sol. La gente de a poco empezó a escuchar el sonido del golpe de la corona contra el acero por todos lados, y era un sonido tan hermoso que algunos intentaban agarrar el aire.

Nadie pudo percibir de dónde provenía el sonido tan bello, nadie pudo descifrarlo, el príncipe nunca pudo ser rescatado, pero por algún tiempo ese hermoso sonido recubrió el mundo entero



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