jueves, 19 de agosto de 2010

Vietnam 1 - Agosto 2010


La última chocolatada antes del fin del mundo

Ese día fue 24 de noviembre, se que esa fecha algún día va a significar mucho para mi. Volví del colegio, pasé a saludar a la abuela y le hice los mandados, y de paso me compré un alfajor, en ese momento aprendí porque es importante prestar atención cuando me hablan los grandes, sino hubiera prestado atención no me hubiera enterado de semejante notición, resulta que se estaba por acabar el mundo, y yo como siempre, era el ultimo en enterarme.
La abuela Adela decía que primero iban a llegar 7 jinetes, montando una tortuga de varias cabezas, que las aguas se abrirían en dos y que solo algunos, los mas avivados, nos podríamos escapar por ahí (y digo vamos porque se que siempre las mujeres y los niños vamos primero) que Dios, de repente, apagaría las luces, como si fuera el ultimo en irse de una fiesta, y que solo sobrevivirían las cucarachas y los bichos bolita. Tomé nota de todo eso cuando llegué a casa, no quise darle detalles a mamá, no se como se tomaría todo eso del fin de los tiempos.
Llegué a casa, prendí la compu y me fije que decía Internet de todo esto, encontre mas información de todo lo que decía la abuela Adela, y había mas cosas que no entendí, en una página decía que en el último día nacería el anticristo, pero mi abuela Elena dice que el anticristo es hijo de ella, y que nació hace 46 años, mi tío Ernesto, y yo no veía porque tenerle tanto miedo a eso, si el anticristo es re divertido, todos los jueves en la hora entre que yo llego de la escuela y mis papás llegan del trabajo, el tío anticristo me lleva a pasear en moto, me pone el casco de independiente y me compra cubanitos en la costanera.. bueno a pesar de tener tantas preguntas, lo que si entendí es que pasara lo que pasara, iba a pasar en menos de 20 días, y era poco tiempo, y tenía muchas cosas para hacer. Lo primero, hacer todo lo posible para que ni mamá ni papá se enteren: cualquier dato que les llegara del tema haría que lo arruinen todo haciendo cosas que no tienen sentido, o les daría por escaparse a algún lado, y yo que tenía tantas cosas por hacer… me vería forzado a terminar mis días en la quinta del tío Eduardo, con Sofía y Melisa peleándose por ver quien tiene las mejores muñecas.
Ideé un plan bastante simple, y si bien no tenia mucho tiempo para reflexionar, pensé si todos estarían pensando lo mismo que yo, si todos estarían mas o menos conformes con lo que hicieron en el mundo, yo por mi parte si. En mi lista de logros, a veces pienso que la verdad, he tenido mas suerte que otros chicos: Salí dos veces campeón en torneos de bolita interescolares, me saque un 10 con la seño Laura, la que hizo repetir a Nico y a Leo, completé 5 albumnes de figuritas, aprendí a andar en patineta, a leer, a escribir, me di vuelta el sonic para la play y hasta tuve una hermanita, pero me quedaba algo pendiente, y el fin del mundo era un motivo mas que válido para apurar los tramites. Entre todas las cosas que hice, me pesaba más una que nunca hice, nunca logré que Rocío me prestara atención. Rocío se sienta hace tres años adelante del todo, y no somos muchos en el aula, pero insiste en ignorarme de la manera más cruel, quizás yo tampoco hago demasiado, cuando me acerco a ella me agarra dolor de panza y se me caen los mocos, cuando estoy por decirle algo, se va a hasta mi banco, agarra mi cartuchera y me la da vuelta, y cuando termino de juntar las cosas, ella ya no está.
A veces tengo ganas de ser grande, para los grandes es mucho más fácil, ellos dicen siempre lo justo, a veces miro la foto de casamiento de mis papás y me quedo pensando, ¿ Como habrán hecho para conocerse y decidir estar siempre juntos? Si yo ni quiera puedo saber cuál es el gusto de helado que le gusta mas a Rocío… hace tres años la estoy investigando, se que le gusta usar cintas en la cabeza, que prefiere botones a cierres, que el chocolate blanco que compra en la escuela no lo venden en ningún otro quiosco, que baila árabe pero no le gusta para nada hacer gimnasia. Se de todo pero ella no sabe quien soy, y empiezo a darme cuenta de que cuando las cosas se complican, duran más, porque tal ves, si me hubiera hablado en primer grado, hoy este tema del fin del mundo me tendría sin cuidado.
Durante la semana siguiente, la mayoría de las partes del plan marcharon bastante bien, todos los días casi religiosamente, llegaba casa y hacía las tareas inmediatamente, para poder mirar dibujitos a la hora de la comida y evitar que mamá y papá vieran el noticiero, le puse pilas viejas a todas las radios, cubrí con sábanas las ventanas de las piezas y me levanté todos los días a las 5:50 de la madrugada para ir a buscar el diario a la vereda y sacar las partes que pudieran dar algún indicio del caos, también mantuve muy bien vigilado el cuaderno en el que escribo, y clavé la cucha de Riquelme al piso de madera del quincho, para que estuviera más seguro, mamá se enojo mucho por eso, y por muchas otras cosas, pero ella no sabía todas las cosas que yo sabía.
Si bien durante esa semana la mayor parte del plan salió bien, Rocio todavía no me daba ni la hora. Ya no sabía de donde más sacar información, así que hice algo que jamás pensé que haría..
(aunque fue un esfuerzo en vano: cambié mis mejores figuritas de Dragon ball por más datos sobre ella, pero resulta que todos en el curso sabíamos las mismas cosas acerca de Rocío.. solo averigué algunas cosas nuevas, pero nada muy importante, que es fanática de Harry Potter, que odia los abrojos en las zapatillas, que tiene una tía que vive en España y que cuando era chica se tragó una moneda de 25 ctvos … )
Entre tantos esfuerzos por acercarme a Rocío antes del fin del mundo, se me olvidó un detalle que después cobró bastante importancia, el 2 de diciembre era el recuperatorio de ciencias naturales, y me olvide de estudiar, así que, sin comerla ni beberla, me llevé una materia por primera ves en mi vida, y ahora si que no pude hacer nada para que mamá no se enterara…
Pensé que mamá y papá iban a matarme, que el fin del mundo para mi, sería ese mediodía del 2 de diciembre, pero por suerte no fue para tanto.
Aunque no pude dar explicaciones muy creíbles para argumentar el porque no había estudiado, mamá me dijo que el 13 de Diciembre era el recuperatorio, y que la condición para que esto no pasara a mayores era empezar a estudiar desde ahora, así que ya me había organizado todos los días.
El 3 de diciembre terminaron las clases, no pude nisiquiera decirle chau a Rocío, un chau que sería para siempre, la verdad que me puse muy triste, pero tampoco quería que mamá me gritara hasta el ultimo día de nuestras vidas. Me encerré a estudiar hasta el día del examen, pero no me pude olvidar de nada, ni de Rocío, ni del fin del mundo, ni de nada, y la idea de terminar mi paso por la tierra rindiendo una materia de la escuela no me gustaba para nada, no parecía tener sentido, tantos esfuerzos, todo mi plan…. todo arruinado por un paso en falso… no me di por vencido, pero tampoco pude hacer nada, esos días fueron grises para mi.
El 13 de Diciembre me levanté, me comí mis ultimas tostadas con manteca de la mañana y llegue temprano a la escuela, seguí estudiando en el patio y a las 9 entré a rendir, me senté, recibí el examen, y empezé a escribir aunque sabía lo que los otros no sabían, que no tenia caso intentar aprobar ciencias naturales si en un rato se terminaba todo, y ahí, como entre las nubes, entro Rocío al aula, y se sentó adelante mío.
Al parecer también se había llevado naturales, pero no sabia nada de nada. La escuché como empezaba a lagrimear, y no lo soporté, cuando la maestra recibió su taza de café de todos los días, le saqué su hoja y la cambie por la mía, le borré el nombre, la volví a completar, la entregue y me fui apurado, fue lo más cerca que estuve de ella en toda mi vida, y como siempre, me ganó la vergüenza.
Me fui afuera a esperar que mamá me pasara a buscar, pero no llegó antes de que Rocío bajara y nos quedamos un rato sin decir nada, uno al lado del otro, hasta que me dijo gracias, y yo sonreí.
Cuando entramos en confianza le conté todo lo que iba a pasar ese día, todo lo que yo sabía y había estado investigando. Me puso una cara muy extraña, hasta creo que en realidad no escuchó nada de lo que le dije, pero me pregunto porque hacía todas esas cosas para acercarme a ella, le dije que si le hablaba, no iba a saber que decirle ( evité contarle lo del dolor de panza y los mocos).
Era temprano, ninguno de los dos había podido tomar la leche por el dolor de panza de los nervios que teníamos, y yo, me olvide por un rato de todo lo que iba a pasar, y la invite a jugar a mi casa, contra todo lo que yo pensaba que me iba a responder, Rocío acepto, y se quedo a comer y a jugar en casa.
A las 5 de la tarde mamá nos preparo la chocolatada, la ultima antes del fin del mundo, y tomarla con Rocío era más de lo que yo soñaba, a las 7 de la tarde la madre la paso a buscar… se fue en silencio y las cintitas en su pelo eran una imagen que queria recordar para siempre, eran la ultima imagen que me queria llevar, quise que se detuviera el tiempo ahí, en ese instante..
ese día no se termino el mundo, algo falló, algún dato me llegó mal, o me equivoqué en mis cálculos, pero Rocio me agarró la mano mientras mirábamos tele, y eso fue mucho más importante para mi.

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