sábado, 6 de noviembre de 2010

Pobre Marta

Se murió, la vieja de al lado, la del 1ero 8

No la quería nadie, no se hacía querer mucho, se juntaba mucho con la portera, otra flor de forra.

Yo por mi parte solo puedo decir que era la vieja de al lado,¨la Marta¨, que tenía un timbre muy simpático con un dibujito de una campanita, que me entere por el aviso fúnebre que tenía 63 años, pero parecía de 114; que era solterona y se entendía perfectamente porque; que era renga, y usaba un perfume de tilinga; que no se podía ni mover pero le encajaban para cuidar a dos nietos de aprox. 11 y 8 años que eran unas basofias; que a veces le compraba algo del catalogo de violeta fabbiani solo por miedo.

Nadie se la bancaba mucho, pero ahora todos dicen ¨pobre Marta¨. Si la verdad, pobre, el hijo de puta que la puso a vivir en un monoambiente en el cual para conseguir intimidad debía meter la cabeza en el inodoro, debería haberse muerto primero.

Resulta curioso pensar que habrá pasado con el último esmalte que le encargue del catálogo, pedido que nunca me llegó. Esa señora es capas de volver a buscarme, capaz de resucitar al tercer día solo para que le pague los $ 10,90, asi nunca llegue a tener mi esmalte en mis manos. Hoy es el tercer día, admito que un poco la estoy esperando. Si para las 00Hs no vuelve, sera hora de buscar otra revendedora que no me de tanto miedo.

Si yo desaparezco bruscamente mañana, como paso con Marta, mis vecinos seguramente evaluaran la posibilidad de que finalmente me uní a las filas del hippismo barato y que me fui a La Plata a estudiar danzas contemporáneas, luego, si me muero dirán, que era ¨La¨ Luciana, la del 1ero 10, la cuasi vegetariana, que nadie me bancaba mucho, que gritaba mucho y generalmente sola, que algunos me trataban bien solo por miedo, que era obvio que por algo andaba solterona, que disfrutaba de hacerme cargo de perros de la calle, que era una gran tilinga con o sin fragancias a fines; que escuchaba la música muy fuerte para no escuchar lo que realmente pensaba.

Teniamos mucho en común con la Marta, solo que ella odiaba los perros, y más los de la calle.

2 comentarios:

  1. Que historia tan curiosa. Parece como que está con un tono de hipocresía por parte de todos los vecinos y me gustó como la emisora se identifica con "la Marta". Esta muy bien ^^

    Saludos y besooos

    ResponderEliminar
  2. La Luciana, la que juntaba nerds de la calle y los criaba como propios.

    ResponderEliminar